viernes, 3 de febrero de 2017

SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA

Obra de Caravaggio, 1597, óleo sobre lienzo, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid
 
Esta pintura formaba parte de la colección del cardenal Francisco Maria Del Monte, en la cual se registra en 1627. La postura de la santa mártir, en la cual se reconoce a la cortesana Fillide Melandroni, adquiere vivacidad merced a la expresión móvil de la mirada, que, al igual que el haz de luz que viene de la derecha, confiere naturalidad a la representación. La obra pertenece a la época en que Caravaggio vivió en casa del cardenal Del Monte, a los primeros experimentos de representación de las expresiones, a los estudiso de luz proyectada sobre los volúmenes; contiene todavía claros signos de la cultura lombarda de Caravaggio en el perfecto escorzo perspectívico de la rueda y en el diestro acabado de los paños, pero sobre todo en el intenso carácter psicológico del personaje, que parece retrato más que figuración.
A estos años en el palacio cardenalicio corresponde varias experimentaciones en la representación de los "movimientos del alma", esto es, las deformaciones expresivas consecuencia de los sentimientos extremos de alegría, ira, dolor o miedo, que, precisamente en homenaje a los preceptos leonardescos, consideraban como su máximo logro la sutil variación emotiva más que la patente manifestación expresiva. 

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