domingo, 26 de febrero de 2017

LOS ESPONSALES DE LOS ARNOLFINI

Obra de Jan van Eyck, 1434, óleo sobre tabla, National Gallery, Londres, Fechado y firmado

En el interior de un suntuoso dormitorio, un hombre y una mujer espléndidamente atavidada se dan la mano. A sus pies, un perro mira fuera del cuadro y por un espejo colgado en la pared del fondo sabemos que ante los dos protagonistas hay otras personas. Encima del espejo, en elaborada caligrafía, semejante a la utilizada para los documentos oficiales o las portadas de algunos manuscritos miniados, aparece la firma del pintor: "JOHANNES DE EYCK FUIT HIC 1434", Jan van Eyck estuvo aquí, es decir, fue testigo de lo que después representó. La genial invención del espejo, que amplía el espacio pintado haciéndonos ver lo que hay más acá de él y convirtiéndonos indirectamente en espectadores del acontecimiento, como si sucediera ante nuestra vista, ha dado lugar a las hipótesis más fantásticas.


 Según la interpretación de mayor éxito, la escena representaría la celebración de un matrimonio y el cuadro tendría incluso valor de documento. Hasta la actitud de la mujer sosteniéndose el vestido sobre el vientre se había visto erróneamente como signo de gravidez, sin tener en cuenta que el mismo gesto lo hace santa Catalina en el Tríptico de Dresde. Un estudio reciente ha aclarado que la escena representa un compromiso distinto: el matrimonio requería la entrega de un anillo o la unión de las manos derechas, mientras que la gestualidad de estos dos personajes encaja en la del reto de esponsales. Los personajes son Giovanni Arnolfini, comerciente de Lucca que gozaba de prestigio en la corte de Felipe el Bueno, y Giovanna Cenami, hija de un rico banquero florentino.




 Van eyck pinta con incomparable maestría cada detalle, logrando mostrar la diferente consistencia de los materiales, desde el latón cincelado de la lámpara hasta la mórbida piel del traje.


 El cuadro pasó de Flandes a España, donde llamó la atención del gran pintor siscentista Diego Velázquez, que citó la solución del espejo en su célebre cuadro La meninas.

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