Obra de Sandro Botticelli, 1482-1483, temple sobre lienzo, Galleria degli Uffizi, Florencia
Fue pintado para Lorenzo de Pierfrancesco de Médicis y se menciona en los registros de su casa; en los inventarios confeccionados a partir del siglo XVII, se asocian con este cuadro el Nacimiento de Venu y la Alegoría de la Primavera. Se ha creído poder reconocer en él el estandarte citado por Vasari y ejecutado con ocasión de las justas de Juliano de Médicis (1475), las mismas para las cuales Poliziano compuso sus Stanze, pero las diferencias iconográficas no han permitido tal identificación. La figura femenina lleva un vestido blanco embellecido por un motivo decorativo formado por tres anillos entrelazados y con diamantes, referigles a la familia Médicis; ramas de olivo formando la corona que rodea la cabeza de la mujer y se enroscan a sus brazos y su seno. Del hombro le cuelga un gran escudo y con la mano sujeta una alabarda de desfile. Aparece agarrando por los cabellos al centauro, ser monstruoso mitad hombre y mitad caballo, con una expresión en el rostro entre irritada y triste. Este ser ferino podría estar tomado de los modelos antiguos de la época helenística, viendo el intenso patetismo de su actitud. La lectura más convincente de las propuestas (de tipo político-elogioso de la estrecha alianza entre Lorenzo y Nápoles o del pacto con Inocencio VIII o bien como genérica exaltación de la familia Médicis como patrona de las artes) ha resultado ser la que relaciona el cuadro con el círculo neoplátonico de Careggi, atribuyéndole un significado de alegoría del domino de la razón y la castidad sobre el instinto ciego, significado que apunta también a una celebración del matrimonio de Lorenzo de Pierfrancesco y Semiramide Appiani.
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