Obra de Leonardo da Vinci, 1494-1497, temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso extendidas sobre lucido, refectorio de Santa Maria delle Grazie, Milán
Seguramente un encargo de Ludovico el Moro, como parecen testimoniar las tres lunetas que hay encima con las insignias ducales y una petición que hizo el duque el 29 de junio de 1497 a Marchesino Stanga para que se terminara la obra. En 1498 debía de estar ya concluida, como se deduce de la carta dedicatoria a Ludovico el Moro con la cual se abre De Divina Proporzione, de Luca Pacioli.
La última Cena se encuentra en el refactorio de la iglesia dominica de Santa Maria delle Grazie. El tema, tal vez por sugerencia de los propios dominicos, representa la Eucaristía. El momento que elige Leonardo es el más dramático del relato evangélico, el momento en el que Cristo pronucnia la frase "uno de vosotros me traicionará". De estas palabras brotan los que Leonardo llama "los movimientos del alma"; los apóstoles se animan dramáticamente, sus gestos son de estupor y asombro; algunos se levantan porque no ha captado las palabras de Cristo, otros se aproximan, se espantan, retroceden, como Judas, que se siente repentinamente aludido.
Las figuras de los apóstoles se imponen por su monumentalidad; se insertan en un ambiente que, desde el punto de vista de la perspectiva, es exacto. Mediante sencillos recursos perspectívicos -la cuadratura del pavimento, el techo a casetones, los tapices de las paredes, las tres ventanas del fondo y la posición de la mesa- se obtiene el efecto de traspasar la pared en la que se encuentra la pintura, de manera que se muesta como una estancia dentro del propio refectorio.
Tras la última restauración se ven detalles dotados de una luminosidad y una frescura cromática hasta ahora insospechadas. El color es utilizado en los tonos de la luz, una luz cuyas fuentes son una ventana real del refectorio y las tres pintadas en el fondo, que se abren sobre un cielo ya cercano al crepúsculo.
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