Obra de Sandro Botticelli, de 1470, temple sobre tabla, Galeria degli Uffizi, Florencia
Esta obra constituye una referencia cronológica segura en la producción de Botticelli, ya que conocemos el contexto del que debía formar parte, el comitente y la fecha de ejecución. Pertenecía a una serie de seis tablas que representaban otras tantas Virtudes, que decorarían la Sala del Tribunal de los Seis o de los Mercaderes, situado en la plaza de la Señoría. El encargo se confió a Piero del Pollaiolo y, tal vez a causa de un retraso en la entrega de las pinturas, participó en él Botticelli, al que sea como fuere corresponde únicamente la Fortaleza. En la participación de Sandro Botticelli en un encargo tan prestigioso se ha considerado el papel desempeñado por Giovanni Antinio Vespucci, también miembro del partido de los Médicis y que vivía cerca de la casa del pintor, en una transversal de Ognissanti, además de ser tutor de Piero, hermano de Botticelli.
Este cuadro es una especie de piedra miliar en la producción del artista: sobre la base de los cotejos estilístico ha sido posible instituir comparaciones y precisar la evolución del estilo también dentro del corpus del artista. La Fortaleza es obra de una organización especial segura y relieve escultórico definido por midio de la línea; es una creación totalmente original también por lo que atañe a la iconografía: por lo general representada con casco, escudo y espada, en este caso inexistentes, aparece aquí con una coraza puesta; en las manos sujeta una maza de hierro, cuya forma evoca otro atributo relacionada con ella, la columna. La luz fría y nítida se refleja en la coraza y en los diamantes que resaltan en el metal, hace replandecer las perlas que lleva en la cabeza como una diadema, evidente alusión a la pureza, y da relieve a las lozanas hojas de acanto dispuestas sobre el trono en forma de volutas.
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