martes, 14 de marzo de 2017

LAS TRES GRACIAS Y MERCURIO

Obra de Tintoretto, 1577-1578, óleo sobre lienzo, Palacio Ducal, Venecia

Este cuadro fue encargado a Tintoretto en 1577 por los proveedores de la sal junto con otras tres pinturas mitológicas que adornaban el Atrio Cuadrado del Palacio Ducal de Venecia, todas ellas vinculadas con el concepto temático de la unión y la concordia.
El significado alegórico de este cuadro es explicado por Carlo Ridolfi, según el cual "una está apoyada en un dado, porque a cada Gracia corresponde un oficio. Las otras dos sostienen el mirto y la rosa, consagrada a la diosa del amor, símbolos de perpetuo amor, acompañadas por Mercurio porque las Gracias deben concederse con razón, como son otorgadas por aquel Senado a sus beneméritos". Además de esta interpretación de la alegoría como glorificación política del sabio gobierno de la República, en época reciente se ha extendido su significado al terreno cosmológico. Cada una de las pinturas del Atrio Cuadrado aludiría a una estación y a un elemento, en correspondencia con las representaciones de las Estaciones que aparecen en el techo de la sala. En este sentido, los retoños de plantas, los brotes de flores y el movimiento de las figuras femeninas levantándose evocarían en las Tres Gracias y Mercurio, la primavera y el elemento aéreo.
Como en un friso figurativo, las Gracias están unidas entre sí y las actitudes siguen dinámicas directrices diagonales, movidas por la luz diurna que baña los cuerpos esculpiéndolos mórbidamente. Las carnaciones de las Gracias son realzadas por la luz natural y las cromías de los paños sedosos y abundantes que ciñen a cada una de ellas.

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