jueves, 2 de marzo de 2017

LA VIRGEN EN LA IGLESIA

Obra de Jan van Eyck, hacia 1426, óleo sobre tabla, Staatliche Museen zu Berlín, con inscripción en el borde de la túnica de la Virgen

En la tablita de Berlín, Van Eyck vuelve a la idea de la Misa de Difuntos, colocando a la Virgen en la nave central de una catedral gótica. De nuevo se representa el edificio con una precisión de arquitecto, pero esta vez la iglesia está inundada de luz, filtrada en abundancia por las vidrieras y que se refleja en montantes y pavimentos. Tanto la arquitectura como la luz revisten una precisa función simbólica, aludiendo a la santidad de la Virgen; en la orla de su túnica roja están bordadas las palabras del Libro de la Sabiduría "HAEC EST SPECIOSIOR SOLE"- "Ella es más luminosa que el sol"- y las piedras preciosas de la corona, según la filosofía de la época, aluden al esplendor de la divinidad.
La desproporción de la figura de la Virgen, gigantesca en comparación con el natural, es deliberada y asimismo simbólica: la Virgen aparece como Mater Ecclesiae, identificándose con la Iglesia misma. La atmósfera celeste de la representación está reforzada por el coro de ángeles que se vislumbra delante del alatar, más allá del que separa el presbiterio de la parte reservada a los fieles en las catedrales góticas; en éste hay dos bajosrrelieves que constituyen una alusión más a la protagonista, ya que figuran la Anunciación y la Coronación; se ve una escultura de madera de la Virgen con dos velas a los lados en la arcada a la izquierda de un díptico, con el retrato del donante al lado. Dos copias antiguas confirman la hipótesis, si bien es cierto que la invención eyckiana fue adaptada a nuevos propietarios y se desconoce el comitente original. Las numerosas y refinadas alusiones teológicas hacen suponer, de todos modos, que la obra fue pensada para una persona culta probablemente un religioso.

 

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