Obra de Rafael, hacia 1504, fresco, estancia del Incendio del Borgo, Ciudad del Vaticano
La tercera de las Estancias cuyas realización se confió a Rafael tomó su nombre del único episodio pintado al fresco por el artista, mientras que las otras tres escenas, que representan La Batalla de Ostia, la Coronación de Carlomagno y el Juramento de León III, fueron dejadas en manos del taller y concluidas en 1517. Estas imágenes, all igual que la autógrafa de Rafael, hacen alusión, valiéndose de episodios del pasado, a la política instaurada por León X durante su pontificado.
Con esta obra se suele hacer coincidir el inicio del estilo pictórico que distingue los últimos años de Rafael, un estilo presidido por un sentido heroico del clasicismo. El acontecimiento representado está extraído del Liber Pontificalis y muestra el milagro gracias al cual, en el año 847, el papa León IV -personificaciñon de LeónX- asomándose a la galería de las bendiciones de la basílica de San Pedro, figurada en formas paleocristianas, extinguió un incendio que se había desatado en la Ciudad Eterna. En la organización de la escena, el pintor se inspiró en las perspectivas de las escenografías teatrales, utilizando de una manera innovadora diversos puntos de vista. No menos importantes son las diversas alusiones a edificios de la era clásica -como el templo de Saturno- u, dentro de lo contemporáneo, del vocabulario bramantesco. Y también en las figuras hay referencias a lo antiguo: las actitudes de algunas de ellas, tomadas de la estatuaria clásica, logran infundir en el espectador la sensación de la tragedia que se está desarrollando.
La elección de este episodio no fue casual, como tampoco lo fue la de los temas ejecutados por sus alumnos. Con el milagro de León IV, el papa Médicis hace una explícita referencia al objetivo que se había propuesto durante su pontificado aplacar el fuego de la guerra que estaba devastando la Cristiandad.
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