martes, 11 de abril de 2017

INMACULADA CONCEPCIÓN



Obra de Ribera, 1635, óleo sobre lienzo, Iglesia del convento de las Agustinas Recoletas, Salamanca. Firmado y fechado: JUSEPE DE RIBERA/ ESPAÑOL VALENCIANO/R.1635

En la representación de este tema, tan caro a la pintura devocional española, Ribera se atuvo a la iconografía tradicional, vistiendo a la Virgen con manto azul y túnica blanca e incorporando los atributos de la letanía entre los angelotes que vuelan a su alrededor y en el paisaje de la parte inferior.
El cuadro fue encargado al artista por el virrey de Nápoles don Emanuel de Fonseca y Zuñiga, conde de Monterrey, para la iglesia del convento de las Agustinas Recoletas de Salamanca. Es probable que el lienzo estuviese destinado al altar mayor, realizado por el escultor Cosimo Fanzago en 1633, y que fuese colocado en la vieja iglesia o capilla de Santa Úrsula hasta que en 1867 se terminó la nueva iglesia. Nos han llegado varios dibujos que testimonian la especial atención que puso Ribera en este encargo. La Inmaculada Concepción es considerada como una obra esencial de la fase de más intenso pictoricismo y luminismo del español y, en sentido más amplio, como una obra maestra de la pintura barroca napolitana y española que "eclipsa, por el esplendor de los colores y las luces y la nobleza de formas e invención, todo lo que Murillo, Guido y Rubens han creado en sus interpretaciones de este tema",
La crítica ha distinguido en una Inmaculada pintada por Lanfranco para la iglesia de los Capuchinos de Roma entre 1628 y 1630, hoy perdida, el modelo en el que se había inspirado el valenciano, tomando de ella el movimiento dinámico de los ángeles y el revoloteo de los paños. Adema´s, las dos figuras de lso ángeles en adoración del primer plano, si bien presentan afinidades con los músicos de Lafranco, parecen mucho más próximas a los ángeles de la Inmaculada que hizo Guido Reni en 1627 para un cliente español

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