Obra de Ribera, 1642, óleo sobre lienzo, Museo del Louvre, París. Firmado y fechado: JUSEPE DE RIBERA ESPAÑOL/ F. 1642
Ante un fondo de cielo azul, con una franja de paisaje en el que se usa un punto de vista rebajado, vemos a un joven mendigo. A pesar de la humilde naturaleza del tema, Ribera representa la figura del lisiado de manera casi monumental, con tonos casi monocromos y una estructura compositiva simple. El realismo de algunos detalles, como el pie deforme, no es un intento de mostrar una imagen grotesca o satisfacer un gusto por lo monstruoso. Antes bien, hay que asignar al cuadro el valor de un fiel testimonio de una realidad insólita, cuyo carácter documental ha relacionado la crítica con la cultura científica de Giovan Battista della Porta, que había hallado en la Nápoles del siglo XVII un terreno muy fértil. Además de un documento de un fenómeno real, no idealizado, en el cuadro se ha visto un mensaje moral: el mendigo como ejemplo de la miseria humana, vehículo de transmisión de un mensaje cristiano. En la mano izquierda, con la muleta, el muchacho lleva una cartela con las palabras: "Da mihi elemosinam propter amorem Dei" (Dame una limosna por amor de Dios). Con ellas Ribera alude a la teoría reformista de la salvación del alma a través de las buenas obras. Ya había tratado el tema de la caridad cristiana en el Mendigo de la colección del conde de Dereby y en el Viejo mendigo ciego de Oberlin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario