Obra de Johannes Vermeer, pintada hacía 1665. Se encuentra en La Haya, Koninklijk Kabinet van Schilderijen, Mauritshuis.
Se sabe por los documentos que Vermeer pintó más de una tronie: se trataba de un género bastante difundido que constituye una especie de mezcla entre el retrato con disfraz y el cuadro de historia. En estos cuadros, el artista retrataba a modelos vestidos con atavíos exóticos o de estilo antiguo, utilizándolos para figurar personajes históricos. En esta tipología entra también la Joven de la Perla, una obra encantadora denominada por algunos "la Gioconda holandesa".
Vermeer pintó una muchacha vuelta de tres cuartos, con los labios entreabiertos y los ojos húmedos; la postura y la expresión transmiten una sensación de extraordinaria inmediatez. La modelo lleva una chaqueta amarilla y un turbante azul del que cae una banda entonada con la chaqueta; en la oreja luce una perla en forma de gota, de reflejos opalinos. Es posible que Vermeer pretendiera representar una musa o a una sibila, pero no hay ningún atributo iconográfico que permita reconocer al personaje.
La pintura está bastante dañada y se percibe un visible craquelado; de todos modos, se pueden apreciar las mórbidas transiciones tonales del rostro y el sabio uso de barnices transparentes en la parte azul del tocado.
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