La Virgen y el Niño con la corona
de espinas y tres clavos es una obra del pintor Alessandro di Mariano di Vanni
Filipepi, más conocido como Sandro Botticelli.
La Virgen, con la mirada hacia el
espectador y como es habitual en las pinturas de Botticelli, lleva un vestido
rojo y sobre este porta un manto azul que la cubre desde la cabeza y hombros, y
en el cual se observa una estrella en el hombro izquierdo. El Niño Jesús, quien
se encuentra desnudo, es cobijado con un paño adornado con múltiples líneas y
motivos de colores azules y dorados; está rodeado por las manos de su madre.
Ambas figuras portan nimbos dorados sobre sus cabezas. En cuanto a la
composición, las manos de María, en horizontal, aportan equilibrio al cuerpo
del niño que fue plasmado en una fuerte línea en diagonal. Lo que destaca en
esta pintura es que el artista florentino plasmó en la mano izquierda del Niño
Jesús una corona de espinas y los tres clavos con que fue crucificado Cristo.
Estos dos elementos forman parte de la iconografía de las Armas Christi o símbolos
pasionarios, los cuales remiten al episodio de la Pasión de Cristo, pero en
este caso al acompañar al niño, se convierte en una representación de la
vocación redentora de Jesús y un vaticinio del sacrificio que hará unos años
más tarde para la salvación de los hombres. También es de destacar que para
esta pintura, así como en los lienzos más conocidos de Botticelli, la modelo
para la representación de la Virgen fue Simonetta Vespucci, quien había muerto
un año antes de tuberculosis.
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