jueves, 2 de marzo de 2023

La familia de Felipe V


 

La familia de Felipe V es un cuadro de Louis Michel van Loo, pintado en 1743, que representa al rey Felipe V de España con su familia. Los personajes del retrato se dividen en tres grupos. A la izquierda están el príncipe Fernando y su esposa Bárbara con la infanta Mariana Victoria, esposa de José I de Portugal. El grupo central lo integra el rey y la reina Isabel de Farnesio, apoyada en el cojín que sostiene la corona, símbolo inequívoco de su gran poder. En medio de ellos aparece su hijo el Cardenal-Infante don Luis, más tarde conde de Chinchón, a lado de los monarcas se encuentran el duque Felipe I de Parma y su esposa Luisa Isabel de Borbón, hija de Luis XV.

En el suelo juegan las infantas Isabel de Borbón-Parma (derecha) y María Isabel Ana de Borbón (izquierda), nietas de los reyes, siendo hijas de los infantes Felipe y Carlos respectivamente. Por último, en el lado derecho de la composición se encuentran el infante Carlos, por entonces rey de Nápoles y Sicilia, y su esposa María Amalia de Sajonia, con las infantas María Teresa Rafaela (esposa del delfín de Francia, Luis) y María Antonia Fernanda, futura reina consorte de Cerdeña. en una breve mirada a la obra se puede observar a prácticamente toda la familia de Felipe V.

La llegada de Van Loo coincidió con un cambio de estilo artístico en España, pues Felipe V, francés, introdujo varios aspectos del barroco galo. La retratística española, en la línea de Velázquez y Sánchez Coello, fue sustituida por un estilo colorista, recargado y lleno de detalles.

Un amplio y teatral conjunto de cortinas rojas enmarca un balcón, donde una orquesta interpreta un concierto. Mientras, el rey y su familia escuchan la música en un amplio salón que da paso a un jardín.

Van Loo realiza con extremo detalle las telas y los adornos de los personajes, elementos inspirados en la escuela flamenca. El pintor goza de todas las confianzas de Felipe V, pues supo sintetizar el estilo oficial, con reminiscencias de Rubens y Van Dyck, con un sello adulador clásico del rococó francés. Además, el artista capta las emociones y los rasgos psicológicos de los personajes. En palabras de Juan J. Luna, «se busca la representación de la majestad regia con los atributos que le pertenecen, el sentido de gloriosa continuidad dinástica y la pompa que rodea su poderío, expresada con suntuosa fastuosidad».

Fue una obra preparada durante muchos años, como evidencian varios bocetos que se conservan en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Al respecto, Van Loo introdujo algunos cambios: la infanta María Antonia, en lugar de estar en primer plano, se situó detrás de la esposa de Carlos III y el espacio central se rellenó con las nietas de Felipe V.

Es la gran obra de Van Loo, que marca su realización como retratista y le permite forjar su propio estilo, que bebe de las aportaciones de Hyacinthe Rigaud, Pierre Mignard y la escuela italiana.


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