La pesadilla, también conocida como El íncubo, es un cuadro
de Johann Heinrich Füssli, pintor suizo establecido en Gran Bretaña. El pintor
hizo varias versiones sobre el tema, siendo la más famosa la de 1781,
perteneciente al Institute of Arts de Detroit; otra, de 1790-91, se encuentra
en el Goethes Elternhaus de Fráncfort del Meno.
Füssli, pintor de estilo manierista, a caballo entre el
neoclasicismo y el romanticismo, hizo esta obra inspirándose en el Sueño de
Hécuba de Giulio Romano —o bien en el Sueño de Rafael, de Marcantonio
Raimondi—. En él vemos una mujer dormida poseída por un íncubo, demonio que se
presenta en sueños de tipo erótico, apareciendo en segundo plano la cabeza de
un caballo de aire fantasmal que contempla la escena. La fisonomía de la mujer
pintada corresponde a Anna Landoldt, sobrina de su amigo Johann Caspar Lavater,
por la que el pintor sentía una gran pasión. Cabe remarcar que en el reverso
del cuadro figura una composición titulada Retrato de una mujer joven,
posiblemente Anna.
Es una de las obras más emblemáticas de este pintor,
reflejando los temas preferidos a lo largo de su obra: satanismo, horror,
miedo, soledad, erotismo. Füssli recrea en esta obra un mundo nocturno y
teatral, con fuertes contrastes lumínicos, que inspirará toda la imaginería
satánica del siglo XIX. Su título en alemán, Nachtmahr, era el nombre del
caballo de Mefistófeles.
La obra de Füssli presenta un aspecto contradictorio:
mientras la superficie del cuadro, la técnica, nos hablan de mesura y
contención, las tintas frías y dramáticas y el mundo de sus personajes nos
sumergen en un mundo fascinante y horrible, fiel expresión de la poética, tan
británica, de lo sublime. Su atmósfera de ensueño, su alusión al mundo de
íncubos y demonios de la tradición inglesa, el aire de un erotismo de
pesadilla, convierten esta obra en un antecedente del surrealismo –como en las
visiones nocturnas de Paul Delvaux–.
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