viernes, 21 de diciembre de 2018

ICONO GRIEGO






La escena esta encuadrada por una montaña en forma piramidal que domina todo el espacio visual. Es la montaña mesiánica tal como Isaías lo profetizo:

El monte del señor será erigido sobre la cima de las montañas y será más alto que las colinas.” Is. 2,2.

El centro de la escena lo ocupa una plataforma donde está María arrodillada (influencia de occidente) y la cueva del nacimiento en la que Dios se manifiesta.
María va vestida con su maforion o manto donde las tres estrellas (frente y ambos hombros) proclaman su virginidad antes, durante y después.
Entre la virgen y la entrada a la cueva aparece el Niño envuelto en pañales, colocado más que en un pesebre, en un sepulcro de forma rectilínea.
Arriba se hallan representados un grupo de ángeles que cantan mirando al cielo y la tierra 

Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”

 Representan la naturaleza angelical que acude al extraordinario acontecimiento; uno de ellos, destaca del grupo, se encuentra hablando con un pastor. Este ángel anuncia al pastor la gran alegría de la salvación y lo hace extendiendo la mano y haciendo el signo de la Encarnación trinitaria: dos dedos juntos y tres tocándose por las puntas. El pastor y el ángel están en diálogo.
San José aparece fuera de la escena lleno de dudas y preguntas.
En la parte inferior hay un niño tocando una flauta, es la antitesis de la música celestial y hace referencia a un himno de maitines de vigilia.

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