martes, 4 de octubre de 2022

El Angelus

 


El ángelus es un cuadro del pintor realista francés Jean F. Millet. Data del período 1857-1859 y se trata de un óleo sobre lienzo. Se conserva en el Museo de Orsay de París, Francia.

Millet representa aquí una escena campestre, que es la que dominará en principio su obra. Esta posición atraerá la atención de la burguesía, ya que el mundo rural simbolizaba “lo bueno” en contraposición de la postura revolucionaria del sector obrero. En la pintura en tela, se observa una clara inclinación por motivos vinculados con la naturaleza y el paisaje, donde los efectos de contraste lo vinculan con el estilo de Honoré Daumier, aunque tiende a ser opaca y terrosa. En un primer momento, Millet había pintado dentro de la cesta que está en el suelo a una criatura de pocos meses de edad, pero que había fallecido, y a los dos personajes de pie como los compungidos padres que la miraban sin consuelo. Esta situación conmocionó mucho a los que la vieron por primera vez, y recibió críticas de censura, por lo que este pintor se decidió a retocarla quedando como la vemos hoy.

El autor buscará retratar a la gente humilde y campesina en un gesto de admiración por la gente pobre del mundo rural, seduciendo a los republicanos y exasperando a la burguesía por tratar esto como tema central en su obra.

 La escena actual muestra a dos campesinos que han interrumpido su trabajo en el campo para rezar el ángelus, la oración que recuerda el saludo del ángel a la Virgen María en la Anunciación. En medio de un llano desértico, los dos campesinos se recogen en su plegaria. Sus caras quedan en sombra, mientras que la luz destaca los gestos y las actitudes, consiguiendo expresar un profundo sentimiento de recogimiento.

La atmósfera de la escena parece neblinosa, lo que simplifica el volumen de las figuras lo que genera una fusión entre los personajes y el paisaje natural, realzando el patetismo de la obra, aunque está a primera vista no se deje ver. Millet, junto con Daumier y Courbet comprendieron que, en el contexto de la época, las manifestaciones artísticas que plasman la realidad, más allá de las controversias, centran la atención del espectador en un mensaje crítico que produce una reacción, una movilización que traerá como corolario la conciencia en la libertad y la nación para dejar de lado lo superficial e individual del romanticismo.


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