Se trata de uno de los
edificios más señeros y antiguos de cuantos se construyeron en estilo gótico.
El uso innovador de la bóveda de crucería y del arbotante, los enormes y
coloridos rosetones y el naturalismo y la abundancia de decoración escultórica
lo diferencian de la arquitectura románica.
Su edificación comenzó en
el año 1163 y, para 1260, ya estaba completada en su mayor parte, aunque se
terminó en el año 1345 y se modificó de manera frecuente a lo largo de los
siglos siguientes. Durante la década de 1790, tras la Revolución francesa. Notre Dame sufrió la profanación de parte de
su imaginería religiosa, que quedó dañada o destruida. La publicación de Nuestra
Señora de París por Victor Hugo, no obstante, reavivó el interés popular
por ella. Eugène Viollet-le-Duc encabezó un proyecto de restauración que
comenzó en 1845 y se prolongó durante un cuarto de siglo.
La catedral de Notre Dame
de París en un voluminoso templo de planta de cruz latina. Presenta un gran
cuerpo de iglesia con cinco naves más capillas laterales. El ancho transepto se
sitúa casi en la mitad de la longitud de las naves y resalta poco en planta. La
capilla mayor esta rodeada por una girola de doble nave.
En cuanto al alzado, hay
que decir que participa de las características de otros templos del gótico
temprano, con sus tres pisos característicos:
- Primer nivel: Arcos formeros apuntados sobre enormes columnas.
- Segundo nivel: tribuna comunicada con la nave central mediante tres vanos apuntados envueltos por otro mayor, en cada tramo.
- Tercer nivel: claristorio con ventanales constituidos por doble vano apuntado y otro superior circular.
Siendo todo hermoso y
equilibrado, hay que destacar la belleza de su tribuna, concretamente sus
esbeltos arcos y finas columnas. Sin embargo, esta tribuna se mantiene en Notre
Dame por inercia del mundo románico o por estética porque aquí ya no cumple
funciones de sustentación. La razón es que en esta catedral de París nacen los
arbotantes exteriores que se ocupan de dicha función, de apuntalar los empujes
laterales de las bóvedas de la nave central.
La escultura de la seo
parisina es de extraordinaria calidad dada la importancia que tuvo París en el
siglo XIII como centro del reino a donde acudían los mejores maestros. Aquí
estaba la corte, que poseía iniciativa artística, y fueron capaces de atraer a
los mejores artistas, ya fueran arquitectos, escultores, vidrieros,
miniaturistas, etc.
La escultura de Notre
Dame de París hay que buscarla en el exterior del templo. Se ubica en las tres
puertas de la fachada occidental, en los dos hastiales extremos del transepto y
en la Galería de los Reyes antes citada.
La escultura de la
fachada occidental, salvo el tímpano de la Puerta de Santa Ana, es toda de
comienzos del siglo XIII (1210-1220) y se considera dentro del gótico clásico.
Sin embargo, la escultura
de las puertas del transepto es de época algo más avanzada (1240-1250). Por
tanto, estilísticamente es diferente a la de la fachada occidental.
La puerta de Santa Ana tiene
la particularidad de que buena parte de su escultura es anterior a la
construcción de la catedral gótica, reutilizándose de una construcción anterior
de finales del XII y que podríamos calificar de tardorrománica. Concretamente,
la parte reempleada es un tímpano con dintel cuyo origen se desconoce. Debido a
la distinta forma y tamaño de estos elementos tardorrománicos respecto al
espacio del portal gótico se tuvo que añadir en la parte superior unas
esculturas de ángeles y decoración vegetal.
El citado tímpano tiene
forma semicircular con un leve apuntamiento. Está presidido por una Virgen
Theotokos, de tradición aún románica por su hieratismo, frontalidad y ubicación
del Niño en el centro de su regazo. La Virgen está solemnemente sentada en un
trono bajo un precioso baldaquino con estructuras arquitectónicas que
simbolizan la Jerusalén Celestial. A ambos lados hay sendos ángeles
turiferarios. En los extremos del tímpano encontramos la figura de un obispo y
un escriba y al lado opuesto un rey arrodillado.
El registro inferior de
este tímpano tardorrománico lleva el Ciclo de la Natividad, con las escenas de
la Anunciación, Visitación y Nacimiento de Cristo (María está tumbada en una
cama de gran riqueza, junto a un San José pasivo).
La parte inferior ya es
del periodo gótico -del siglo XIII- y lo ocupa un friso con la historia de San
Joaquín y Santa Ana.
En el parteluz aparece la
estatua del obispo San Marcelo alanceando un dragón.
La Puerta del Juicio Final es
de principios del siglo XIII, aunque hay que ser precavidos al contemplar la
belleza de sus esculturas como consecuencia de las radicales restauraciones y
reconstrucciones del siglo XIX, especialmente en la parte inferior
Posee también tres
registros. El superior es la parte menos reconstruida del conjunto al ser la
más inaccesible desde el suelo.
En él aparece un Cristo Hombre con nimbo
crucífero mostrando las llagas de las manos. A ambos lados, dos ángeles portan
los instrumentos de la Pasión, mientras que San Juan y la Virgen interceden por
la humanidad (Deesis). Hay que recordar que la representación del Cristo
humanizado en la escena del Juicio Final es típica del gótico y refuerza la
idea de la naturaleza también humana de Jesús y su papel no sólo como juez sino
como redentor.
En el registro central se
representa, de izquierda a derecha, los bienaventurados, mirando a Cristo, al
arcángel San Miguel que se encuentra pesando las almas (psicostasis), junto a
dos demonios que tratan de inclinar la balanza a su favor. Los condenados,
atados por cadenas, son empujados por otros dos diablos. El
registro bajo es un friso del siglo XIX de Viollet-Le-Duc pero que reproduce
los restos supervivientes en la Revolución. Muestra la Resurrección de los
fallecidos para que sean juzgados por Cristo. Los muertos salen de los
sepulcros, con ropajes identificativos de su condición u oficio, mientras
ángeles en los extremos tocan las trompetas anunciadoras del juicio que va a
comenzar. En el parteluz de la Puerta del Juicio Final, vuelve a aparecer la
solemne figura de Cristo bajo un doselete.
Las arquivoltas abundan
en la temática del Juicio, mostrando en los extremos el mundo de los
condenados, a la derecha, y de los bienaventurados, a la izquierda. En estas arquivoltas
-dadas las posibilidades tan grandes que ofrecen su tamaño de colocar a muchos
personajes- también aparecen ángeles, patriarcas, etc.
En ellas se coloca a la
izquierda el seno de Abraham, que recoge a las almas bienaventuradas que se
representan como niños.
Las partes donde aparecen
los bienaventurados es ordenada, tranquila, y quizás poco expresiva. Sin
embargo, el área dedicada a los condenados tiene más movimiento porque éstos se
rebelan, con lo que se muestra más expresividad, desorden y agitación.
En las jambas se
representa a un Apostolado, muy rehecho, al sufrir importantes deterioros por
su fácil accesibilidad. Cada uno tiene su atributo identificativo, que fueron
la mayoría destruidos o cambiados de sitio durante la Revolución Francesa.
En la zócalo inferior de
las jambas, por ser de gran visibilidad para los fieles, fue el lugar el
elegido para colocar las Vicios y las Virtudes, los calendarios, los signos del
Zodiaco. Las escenas son de gran belleza, perfección y calidad.
Aquí el artista goza de
mayor libertad iconográfica en las representaciones al ser éstas de carácter
profano, que cuando se representaban a personajes sagrados. Sin embargo,
contienen una gran carga alegórica y simbólica.
La puerta norte es una
típica portada de temática mariana. Lamentablemente fue muy mutilada durante la
Revolución Francesa, y reconstruida posteriormente.
Está organizada en tres
registros. En el superior y presidiendo la puerta se esculpió la escena de la
Coronación de la Virgen, que aparece sentada junto al Todopoderoso. Les
acompañan ángeles, dos arrodillados en los extremos, postura motivada por su
emplazamiento, y un tercero coronando a la Virgen.
En el registro central se
colocó la escena de la Dormición o Muerte de la Virgen. María aparece tumbada
en su lecho, rodeada por los apóstoles y dos ángeles que inician el
levantamiento de la Asunción.
En el registro inferior,
en el lugar del dintel, se representan a los Patriarcas, que flanquean a un
baldaquino bajo el que se encuentra el Arca de la Alianza, que contiene la
Tablas de la Ley por la que Yahvé instauró la Antigua Ley por medio de Moisés,
de gran valor simbólico.
En el parteluz aparece la
Virgen de pie con el Niño en su brazo izquierdo. En las jambas aparecen santos,
patriarcas del Antiguo Testamento, reyes y otro personajes. Entre ellos destaca
la célebre estatua de San Denís con su cabeza cortada sujeta por la manos. Es
una escultura del siglo XIX.
La puerta de Cloitre es la puerta por donde accedían
al templo los canónigos desde el "Claustro del clero".
Es por ello que se eligió
una iconografía acorde con el tipo de espectador que iba a presenciarla y las
instrucciones morales que se deseaba transmitirles.
La puerta central posee
tres registros. En el inferior se desarrolla el ciclo de la Infancia de Cristo
con el habitual sentido narrativo: A la izquierda aparece el Nacimiento de
Cristo (La Virgen se encuentra tumbada en una cama con gesto sereno). Bajo el
lecho está el Niño en su cuna, flanqueado por el buey y la mula. San José se
apoya en la cama somnoliento. A continuación aparece la presentación del Jesús
en el templo donde es tomado en brazos por el sacerdote Simeón. Unas sirvientas
detrás de la Virgen portan cestas con palomas como ofrenda.
Posteriormente aparece la
escena de la matanza de los santos inocentes. Este episodio del Nuevo
testamento se representa muy habitualmente tanto en el románico como en el
gótico, puesto que además de lo dramático y expresivo del asunto se añade el hecho
de que fueron los primeros mártires cristianos. En el extremo de la derecha y
como fin de la secuencia aparece la Huida a Egipto.
Los registros medio y
superior se aprovecharon para representar la historia del monje Teófilo de
Adana.
El monje Teófilo
ostentaba el cargo de arcediano en un monasterio bizantino. Cuando murió el
abad, se eligió como su sucesor a Teófilo por su prestigio, pero éste rechazó
el cargo por humildad.
El nuevo abad elegido
privó injustamente de su cargo arcediano a Teófilo, que agraviado y enojado se
arrepintió de su decisión. Un judío le ofreció alcanzar la mitra mediante un
pacto con el diablo. Al cabo del tiempo, Teófilo se arrepiente y con la
intercesión de la Virgen consigue romper el acuerdo.
Tan azarosa historia es
esculpida en la Puerta del Clasutro de Notre Dame donde Teófilo aparece
acompañado por el judío, estrechando las manos del demonio para cerrar su
pacto. También aparece con el abad y la Virgen que le libera de su acuerdo
diabólico. En el friso superior se nos muestra sentado y rodeado de personas
mientras hace público lo que le ha acontecido.
Con este relato
materializado en piedra, se pretendía adoctrinar a los canónigos sobre las
tentaciones de la envidia, la corrupción y la soberbia.
En el parteluz aparece la
figura de la Virgen con el Niño, cuya escultura está prácticamente perdida.
La puerta de San Esteban era el santo patrón de la ciudad y a él se dedicó la puerta sur del
transepto que comunicaba el palacio episcopal con el templo.
En ella está esculpida la
historia de su martirio. Se aprecia en la talla el momento más evolucionado y
tardío en que se realizaron con relación a otras puertas de la catedral. Las
figuras de los personajes se despegan del muro y adquieren posturas y gestos
más vivos y dinámicos lo que incrementa el naturalismo y la capacidad narrativa
de la historia y su anecdotismo.
Para terminar unas imagenes del interior. Mi silencio ante su perdida.